jueves, 11 de octubre de 2012

Dokken - Broken Bones - 2012 -

Siempre tuve el convencimiento que el benemérito Don Dokken, jamás pudo empardar el nivel de sus discos, cada vez que George Lynch dejaba la banda. Y en este 2012, la historia vuelve a repetirse.
En su onceavo disco de estudio, Don intenta jugar las que seguramente serán sus últimas fichas con una placa que lamentablemente se queda a mitad de camino, a pesar de las buenas intenciones. Acompañado por su histórico baterista y amigo Mick Brown, el ex House Of Lords, Quiet Riot, entre otros, Sean McNabb en bajo y Jon Levin en guitarra, Dokken intenta, con este lanzamiento, recuperar el terreno perdido en los últimos años, después del discreto Lightning Strikes Again (2008). 
En los últimos tiempos algunas bandas pioneras del hard en los ochentas tuvieron el buen tino de editar algunos discos más que interasantes tales los casos de Ratt con su Infestation (2010) ó Warrant con Rockaholic (2011), y en especial Europe quienes vienen desde su reunión en 2004, entregando una serie de trabajos soberbios y que los han vuelto a colocar en la consideración general, tanto del público como de la crítica. Contrariamente Dokken, en este caso juega una carta poco arriesgada y si bien Broken Bones lejos está de ser catalogado un mal disco, es más de lo mismo, ó sea, hard rock ochentero, fiel a sus raíces pero absolutamente predecible. De todas maneras canciones como Best of Me, Blind, Empire, contienen resabios de aquella mágica década, donde la banda le peleaba el cetro a cualquiera con joyas como Tooth And Nail, Back For The Attack, ó Under Lock And Key. Una vez más la banda se esfuerza por recrear el sonido de sus días de gloria, sobre todo a la hora de las guitarras de Jon Levin quién poco disimula la intención de sonar tal cual lo hacía George Lynch, repitiendo sus clichés y fraseos de manera notoria. Por su parte Don, al borde de los 60, evidentemente no es el cantante de otrora y se nota que sabiendo las limitaciones lógicas del paso del tiempo, predomina en tonos bajos, parejos, sin excesos, y en cuanto a lo personal, sale airoso en el balance final.
Indudablemente el punto a mejorar ( si es que hay otra chance en el futuro) es la composición, y jugarse a recuperar la originalidad, pero me temo que sin Lynch como ladero, es casi una cosa juzgada. Para muestra solo nos queda recorrer los discos con y sin George, para darnos cuenta cuan necesarios son el uno para el otro a la hora de crear. Y en tren de ser justos, convengamos que a excepción del primer disco de Lynch Mob, Wicked Sensation (1990), ninguno de sus otros trabajos alcanzó el nivel que logró cuando estaba en Dokken.
Por lo demás, estamos ante un disco apenas correcto, por momentos demasiado predecible, tal es así que canciones como Fade Away, nos recuerda  en demasía a aquella gema llamada Dream Warriors, pero sin la magia de antaño. Ni siquiera las baladas, punto fuerte de la banda en sus años dorados, pueden sacudir la monotonía que ronda a lo largo de la placa.
Veremos que depara el futuro para la banda, y las consecuencias de este nuevo disco. Algunos rumores indicaban a este Broken Bones como el último, y en cuanto a su resultado por lo que pude recabar por ahí, no soy el único que piensa, que en cierta forma, Dokken se ha quedado en el tiempo y probablemente aún esté esperando un guiño de George Lynch, para que el panorama tenga otro color. Ambos se merecen, al menos, una chance más. 6/10



Sean Mc Nabb, Mick Brown, Don Dokken, Jon Levin
 Broken Bones

  1. Empire
  2. Broken Bones
  3. Best of Me
  4. Blind
  5. Waterfall
  6. Victim of the Crime 
  7. Burning Tears 
  8. Today
  9. For the Last Time
10. Fade Away
11. Tonight